Experiencia familiar en un entorno tranquilo y bonito.

Larramendi Torrea es un hotel cómodo y bien ubicado. Me gustó mucho el restaurante, con precios accesibles y buena comida para picar. Además, el entorno es una belleza, rodeado de vegetación y montañas. La atención del personal fue excelente, siempre dispuestos a ayudar.

lo recomiendo

buena estancia pero con aspectos a mejorar

La cama era bastante cómoda y me impresionaron las vistas a los pinos desde la habitación, un detalle que hizo la estancia más agradable. La limpieza fue excepcional y se notaba el cuidado en todos los espacios. Además, el bar-cafetería ofrecía tapas que recordaban a la cocina regional, un pequeño lujo que disfruté enormemente.

Sin embargo, el ruido de las habitaciones vecinas afectó mi descanso.

Estuvimos en una habitación amplia y cómoda. Los niños se divirtieron en el jardín, y tía disfrutó de las vistas. La comida en el restaurante es un buen plan, sobre todo los pintxos. Un lugar precioso para compartir con familia.

A mis hijos les habría encantado tener un ascensor para facilitar el acceso, especialmente cuando llevamos tantas cosas.

Tuve una estancia agradable con un enfoque familiar en un entorno tranquilo. Las habitaciones son cómodas y tienen todo lo necesario para una buena noche de descanso. Disfruté del bar donde ofrecen tapas regionales, que nos recordaron a la cocina de mi tierra. me gustó poder jugar al tenis, algo que no esperaba. A pesar de que faltaba el ascensor, la amabilidad del personal hizo la visita más fácil.

La falta de ascensor no es ideal, especialmente para personas mayores. noté algunos insectos en la habitación, lo cual fue un poco incómodo.

Encanto en cada rincón

Me alojé aquí y la verdad es que fue una experiencia increíble. La habitación era muy cómoda y estaba decorada con buen gusto. El jardín es un lugar perfecto para relajarse y tomar algo, además la comida es deliciosa, sobre todo las tapas. Lo único es que a veces se hacía un poco ruidoso por las fiestas del pueblo.

Las habitaciones climatizadas tienen una TV de pantalla plana que haría que cualquier noche de maratón de series se sintiera como un evento exclusivo en el cine. Además, el bar-cafetería ofrece tapas regionales que son como un viaje directo al corazón de la gastronomía vasca, ¡cada bocado es una fiesta en la boca!

Wifi limitado

La ubicación a pie de los Montes Vascos es excelente. La insonorización de las habitaciones deja mucho que desear, se oye todo de las habitaciones de al lado.

Habitación cómoda y muy bien decorada. El ambiente del lugar es tranquilo, perfecto para desconectar. El jardín es una belleza y el personal, súper amable. Las vistas a la montaña son un plus. Un lugar donde vale la pena quedarse.

El ambiente es encantador, con mucha vegetación y ese árbol enorme en la terraza que lo hace un escape perfecto. Además, la habitación era hermosa, con vistas fenomenales de los montes.

Por cierto, escuché más que en una charla de chismosos. el ruido era como en una fiesta continua.

Me encantó la habitación con paredes de piedra y el desayuno en la cafetería. Es un lugar perfecto para disfrutar de unos días de relax, sin duda volvería.

La habitación estaba bien equipada, muy luminosa y con un espacio amplio, lo que hizo que me sintiera cómodo. El baño también era excelente, muy cuidado y limpio. Me gustó mucho la terraza, fue un buen lugar para relajarme y disfrutar de una bebida. La atención del personal fue notable, siempre estuvieron dispuestos a ayudar. Sin embargo, el hecho de que las habitaciones no estén insonorizadas fue un inconveniente. Escuché a los huéspedes de al lado, lo que afectó un poco mi descanso. El desayuno era bueno, pero noté que abrían un poco tarde, a las 9, y eso puede ser un problema si uno tiene planes temprano en la mañana. En general, la experiencia fue satisfactoria, aunque podría mejorar en aspectos de ruido y horarios.

Todo en orden, cumple su función. La limpieza es impecable y el bar ofrece deliciosos pintxos a buen precio.